Cada vez más parece posible llegar al espacio en un ascensor. Quizá en unos años no sea tan extraño…
Distintos medios de información van haciéndose eco de la posibilidad, cada vez más cercana, de que se construya un ascensor espacial. Lo que puede parecer una noticia sensacionalista está empezando a aparecer en medios rigurosos, que informan del interés de distintas empresas para desarrollar un proyecto de este tipo.
¿Pero… que es exactamente un ascensor espacial?
Como su nombre indica, un ascensor espacial es un elevador que conecta la superficie de un planeta con el espacio. Esta idea, que parece de una película de ciencia ficción, obedece a una posibilidad física real que consiste en conectar una estación espacial (en una órbita geosíncrona) con la tierra a través de un cable, riel o conducto.
Para mantener el equilibrio de la estructura se debería situar el anclaje o base en algún punto lo más cerca posible del ecuador (para minimizar los efectos de tensión entre la órbita de la tierra y la órbita del satélite).
Este artilugio permitiría subir y bajar del espacio impulsando una cabina, naves o cargas a través del cable, consiguiendo hacer el mismo trayecto que un cohete a un coste cien veces menor (prácticamente el coste de la electricidad necesaria para impulsar el ascensor).
Esta idea, aunque parezca novedosa, fue planteada en 1895 por un físico Ruso y desarrollada en profundidad en 1960 por un ingeniero soviético. Pero en ese momento no era más que una teoría ya que no existía ningún material para construir el cable que soportase la fuerza de tracción de la estructura geoestacionaria.
¿Existen hoy los medios para construir un ascensor espacial?
En los últimos años, con el desarrollo de nuevos materiales ultrarresistentes y debido a la necesidad de encontrar sistemas de transporte más económicos para llegar al espacio, están apareciendo iniciativas privadas dispuestas a estudiar el desarrollo de ascensores espaciales.
Hace poco, la compañía espacial canadiense «Thoth Technology Inc.» presentó la patente para la construcción de un ascensor espacial. La propuesta de esta empresa consiste en una torre flexible, de 20 kilómetros de altura, estabilizada con turbinas y con un ascensor eléctrico en su interior, que se usaría para “subir” a los tripulantes hasta una plataforma espacial preparada como base de despegue naves.
«Los astronautas ascenderían 20 kilómetros a través de un ascensor eléctrico. Desde la parte superior de la torre, los aviones espaciales podrían lanzarse en una sola etapa (es decir, sin tener que soltar motores ni bloques de combustible) y luego volver a la torre, repostar y volar de nuevo», declaró Brendan Quine, el inventor de la torre, en un comunicado de la empresa.
Esta tecnología permitiría utilizar naves de una sola fase, que no necesitan utilizar cohetes de despegue, suponiendo un ahorro del 30% del combustible y alargando la vida de las naves espaciales, que no se verían desgastadas por la entrada en la atmósfera en los viajes de retorno.
Otra empresa se ha lanzado también a la carrera por conseguir un ascensor espacial. Se trata de la corporación espacial japonesa Obayashi. Este proyecto, aún más ambicioso, tiene por objetivo la construcción de un ascensor de 96.000 kilometros de longitud, que aseguran que podría estar listo en 2050 para transportar cargas y tripulaciones hacia el espacio.
No debe ser una broma si hasta Google lo ha intentado…
Durante el pasado año, a mediados del 2014, el equipo de desarrollo de proyectos alternativos de Google (que lleva por nombre Google X) confesó a la revista americana Fast Company, que habían estado trabajando en un ascensor espacial.
Parece ser que Google X dejó sus avances aparcados hasta no superar el escollo de la obtención de materiales ultrarresistentes, 100 veces más fuertes que el acero, con los que fabricar los cables que sustentarían el ascensor.
Rich DeVaul -Director de Google X- comentaba que construir este ascensor espacial “habría sido un capital de inversión masivo”, con la idea de “viajar desde el suelo hasta la órbita con una red de cero energía”, consiguiendo “abaratar los costes al acceso espacial”.
En cuanto a los materiales que serían necesarios para hacer realidad este proyecto, se tendría que utiliza un elemento 100 veces más fuerte que el acero, algo que es posible con los nanotubos de carbono. En estos momentos sólo existe un material con las características adecuadas: los nanotubos de carbono. Algunas empresas ya han conseguido fabricar nanotubos de carbono de un metro de longitud, un logro notable pero no suficiente para el proyecto de Google X, que de momento ha quedado “congelado”.
Pero con la velocidad a la que avanzan los desarrollos de nuevos materiales es muy posible que la construcción de un ascensor espacial esté más cerca de lo que pensamos.Cada vez más parece posible llegar al espacio en un ascensor. Quizá en unos años no sea tan extraño…
Distintos medios de información van haciéndose eco de la posibilidad, cada vez más cercana, de que se construya un ascensor espacial. Lo que puede parecer una noticia sensacionalista está empezando a aparecer en medios rigurosos, que informan del interés de distintas empresas para desarrollar un proyecto de este tipo.
¿Pero… que es exactamente un ascensor espacial?
Como su nombre indica, un ascensor espacial es un elevador que conecta la superficie de un planeta con el espacio. Esta idea, que parece de una película de ciencia ficción, obedece a una posibilidad física real que consiste en conectar una estación espacial (en una órbita geosíncrona) con la tierra a través de un cable, riel o conducto.
Para mantener el equilibrio de la estructura se debería situar el anclaje o base en algún punto lo más cerca posible del ecuador (para minimizar los efectos de tensión entre la órbita de la tierra y la órbita del satélite).
Este artilugio permitiría subir y bajar del espacio impulsando una cabina, naves o cargas a través del cable, consiguiendo hacer el mismo trayecto que un cohete a un coste cien veces menor (prácticamente el coste de la electricidad necesaria para impulsar el ascensor).
Esta idea, aunque parezca novedosa, fue planteada en 1895 por un físico Ruso y desarrollada en profundidad en 1960 por un ingeniero soviético. Pero en ese momento no era más que una teoría ya que no existía ningún material para construir el cable que soportase la fuerza de tracción de la estructura geoestacionaria.
¿Existen hoy los medios para construir un ascensor espacial?
En los últimos años, con el desarrollo de nuevos materiales ultrarresistentes y debido a la necesidad de encontrar sistemas de transporte más económicos para llegar al espacio, están apareciendo iniciativas privadas dispuestas a estudiar el desarrollo de ascensores espaciales.
Hace poco, la compañía espacial canadiense «Thoth Technology Inc.» presentó la patente para la construcción de un ascensor espacial. La propuesta de esta empresa consiste en una torre flexible, de 20 kilómetros de altura, estabilizada con turbinas y con un ascensor eléctrico en su interior, que se usaría para “subir” a los tripulantes hasta una plataforma espacial preparada como base de despegue naves.
«Los astronautas ascenderían 20 kilómetros a través de un ascensor eléctrico. Desde la parte superior de la torre, los aviones espaciales podrían lanzarse en una sola etapa (es decir, sin tener que soltar motores ni bloques de combustible) y luego volver a la torre, repostar y volar de nuevo», declaró Brendan Quine, el inventor de la torre, en un comunicado de la empresa.
Esta tecnología permitiría utilizar naves de una sola fase, que no necesitan utilizar cohetes de despegue, suponiendo un ahorro del 30% del combustible y alargando la vida de las naves espaciales, que no se verían desgastadas por la entrada en la atmósfera en los viajes de retorno.
Otra empresa se ha lanzado también a la carrera por conseguir un ascensor espacial. Se trata de la corporación espacial japonesa Obayashi. Este proyecto, aún más ambicioso, tiene por objetivo la construcción de un ascensor de 96.000 kilometros de longitud, que aseguran que podría estar listo en 2050 para transportar cargas y tripulaciones hacia el espacio.
No debe ser una broma si hasta Google lo ha intentado…
Durante el pasado año, a mediados del 2014, el equipo de desarrollo de proyectos alternativos de Google (que lleva por nombre Google X) confesó a la revista americana Fast Company, que habían estado trabajando en un ascensor espacial.
Parece ser que Google X dejó sus avances aparcados hasta no superar el escollo de la obtención de materiales ultrarresistentes, 100 veces más fuertes que el acero, con los que fabricar los cables que sustentarían el ascensor.
Rich DeVaul -Director de Google X- comentaba que construir este ascensor espacial “habría sido un capital de inversión masivo”, con la idea de “viajar desde el suelo hasta la órbita con una red de cero energía”, consiguiendo “abaratar los costes al acceso espacial”.
En cuanto a los materiales que serían necesarios para hacer realidad este proyecto, se tendría que utiliza un elemento 100 veces más fuerte que el acero, algo que es posible con los nanotubos de carbono. En estos momentos sólo existe un material con las características adecuadas: los nanotubos de carbono. Algunas empresas ya han conseguido fabricar nanotubos de carbono de un metro de longitud, un logro notable pero no suficiente para el proyecto de Google X, que de momento ha quedado “congelado”.
Pero con la velocidad a la que avanzan los desarrollos de nuevos materiales es muy posible que la construcción de un ascensor espacial esté más cerca de lo que pensamos.